Gianni Vattimo nació en Turín en 1936.
Estudió Filosofía en la universidad de su ciudad natal y, posteriormente en la de Heildelberg. Discípulo de Luigi Pareyson, Hans-Georg Gadamer y K. Löwith. En 1964 comienza la docencia de estética en la Facultad de Letras y Filosofía de la Universidad de Turín, de la que fue decano. Su actividad filosófica está claramente influencia por los planteamientos de Nietzsche y Heidegger, autor este último que ha traducido al italiano.
Ha sido profesor visitante de las Universidades norteamericanas de Yale, Los Ángeles, New York University, State University of New York y Johns PXHopkins University, entre otras. Es, asimismo, Doctor Honoris Causa por la UNED (España), la Universidad de Palermo y la Universidad de La Plata (Argentina), la Universidad Inca Garcilaso de la Vega y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú), entre otras, así como vicepresidente de la Academia de la Latinidade.
En el 2002 recibió el premio Hannah Arendt, en el 2006 la President Medal de Georgetown University y en el 2010 impartió las prestigiosas Gifford Lectures. Colaborador de diversos periódicos, como "La Stampa", "L'Espresso", "L'Europeo", "l’Unità", "El Pais", "Clarin", y blogger de "Il Fatto quotidiano".
Actualmente es Profesor Emeritus de la Universidad de Turín y ha sido diputado en el Parlamento Europeo (desde el 2009; ya lo fue anteriormente, entre el 1999 y el 2004). Es uno de los principales autores del postmodernismo y considerado el filósofo del pensiero debole (pensamiento débil).
Su biografía muestra también un recorrido en política activa, primero como miembro del Partido Radicale y, posteriormente, en la Alleanza per Torino dentro de la campaña electoral del Olivo, entre los Demócratas de Izquierda en el Parlamento Europeo y, por último, en Italia dei Valori. La editorial italiana Meltemi de Roma ha empezado a publicar sus obras completas (al cuidado de Mario Cedrini, Alberto Martinengo y Santiago Zabala) que llegarán, se estima, a los 70 volúmenes.
En nuestro pais, la publicación de El fin de la modernidad y Las aventuras de la diferencia a finales de los 80 fué decisiva y a partir de estas se produjo la edición en castellano de sus obras más significativas y también numerosas visitas a solicitud de Universidades y espacios de discusión filosófica, artística, política. Fué su salto a medios de comunicación lo que sacó a la palestra sus teorías innovadoras. Vattimo recorre desde entonces Universidades y espacios culturales de Europa y América, donde imparte sus conferencias, clases magistrales y discursos.
Gianni Vattimo ha cumplido a principios de este año 2016, 80 años y en esta cronología de su pensamiento filosófico dividimos los 60 últimos años de su existencia en 3 periodos. El primero de ellos, que va a comprender los años sesenta y setenta, comienza por un tiempo de ampliación de su formación con sus maestros; Luigi Parayson al que posteriormente asistió en la Universidad de Turín, y Hans Georg Gadamer del que fué discípulo y asistente gracias a la beca Humboldt que le permitio intalarse en Heidelberg. También es esta una época de estudio y transmisión de los conocimientos sobre Nietzsche y Heidegger cuyo itinerario filosófico ha continuado Vattimo durante toda la vida. En este periodo Vattimo se interesa especialmente por la estética en "relación con la experiencia de la verdad" y en particular por la poesía.
En los siguientes veinte años, los 80 y los 90, que podemos considerar como el periodo de madurez del filósofo, Vattimo que continua en la senda de Nietzsche y Heidegger, "construye" su propuesta filosófica: el Pensamiento débil como consecuencia del fin de la modernidad al que habremos de llegar una vez superada la metafísica, el positivismo y el historicismo. Este periodo se corresponde en el ámbito de la filosofía con la de la postmodernidad y tiene a la hermenéutica como "lugar de encuentro y discusión".
En los últimos veinte años Vattimo se vuelve hacia una religiosidad hermenéutica que, "sin normas, sin sumisión y sin superstición ", él mismo califíca de comunismo hermenéutico.
Con Luigi Pareyson, en la Universidad de Turín fué primero alumno y luego profesor asistente y con él comparte la filosofía hermenéutica, aunque en Pareyson ésta fuera de "corte esixtencialista" mientras que Vattimo no perdió nunca de vista que "al lenguaje se pertenece” y que la tensión hermenéutica no es solo diálogo, sino "conflicto y disenso”.
Al terminar su doctorado fue Pareyson el que encaminó a Vattimo a continuar sus estudios sobre Nietzsche y fue también en ese tiempo que Heidegger publicó sus estudios sobre Nietzsche, esto propició que Vattimo centrara en estos dos autores sus investigaciones siempre "leídos uno sobre el otro y viceversa".
Su vida en Heidelberg como becario le permitió trabajar extrechamente con Hans Georg Gadamer del que tradujo su gran obra Verdad y Método lo que le obligó a tener un conocimiento muy profundo de esta obra que es, sin duda, la principal de Gadamer.
Como discípulo de Gadamer aporta a su filosofía hermenéutica, que parte de la comprensión "del nudo" Nietzsche-
Heidegger y que empieza por la superación de la historia de la metafísica, "el olvido del ser de Occidente".
...la investigación más original de Vattimo, quien les prosigue, hace las posibilidaes alternativas de una "Izquierda nietzscheana" ( en esto concuerda con el Nietzsche-Marx del postestructuralismo fránces y la deconstrucción) y de una "Izquierda heideggeriana", como crítica del capitalismo de consumo en la era de la organización total y la globalización: ambos movimientos izquierdistas, en el sentido que ya tenían las expresiones "Izquierda y Derecha hegeliana" o la expresión de Ernst Bloch cuando denominaba "Izquierda aristotélica" a la tradición inmanentista y no escolástica de la filosofía de la potencia y la posibilidad1 .
La derecha, en la interpretación de Heidegger, ve en él un restaurador de la fe cristiana. Él piensa que Alemania debe representar una humanidad no alienada, menos vinculada a la era de la técnica y del auge de la tecnología. La izquierda, representa en la interpretación de Heidegger, la debilitación de los absolutos objetivos, más que todos de las implicaciones religiosas o teológicas que sin embargo se resaltan en la interpretación de Heidegger por parte de la derecha y que también se relaciona con el sentido objetivista de el ser. La interpretación de izquierdas de Heidegger evitaría las "nostalgias metafísicas".
La modernidad puede ser definida desde la perspectiva, con matices pero común de Nietzsche y de Heidegger, como un proceso que progresa hacia fundamentos mejores siempre con la idea de superación como base de la evolución histórica.
Desde el punto de vista (que podemos considerar común a pesar de no pocas diferencias) de Nietzsche y de Heidegger, la modernidad se puede caracterizar, en efecto, como un fenómeno dominado por la idea de la historia del pensamiento, entendida como una progresiva "iluminación" que se desarrolla sobre la base de un proceso cada vez más pleno de apropiación y reapropiación de los "fundamentos", los cuales a menudo se conciben como los "orígenes", de suerte que las revoluciones, teóricas y prácticas, de la historia occidental se presentan y se legitiman por lo común como "recuperaciones", renacimientos, retornos. La idea de "superación", que tanta importancia tiene en toda la filosofía moderna, concibe el curso del pensamiento como un desarrollo progresivo en el cual lo nuevo se identifica con lo valioso en virtud de la mediación de la recuperación y de la apropiación del fundamento-origen2 .
Hay que considerar lo postmoderno no como algo nuevo que se desarrolla después de lo moderno porque de ese modo continuaríamos en la visión de desarrollo lineal historicista del cual la postmodernidad pretende alejarse. Pero para que el cambio que vaticina lo postmoderno sea efectivo debe significar la disolución de la categoría de lo nuevo.
La interpretación que hace Vattimo de la lectura que Heidegger realiza de la filosofia de Nietzsche, es uno de los aportes fundamentales que dan cuerpo a la discusión.
Hay varios vectores del laberinto y varios nudos aporéticos, pero el enigma tiene que ver esencialmente con M.Heidegger. Es decir que afecta a la relación Nietzsche-Heidegger, leída en la doble dirección q G. Vattimo propone -Nietzsche desde Heidegger y Heidegger desde Nietzsche-, sin la cual la hermenéutica de Vattimo no habría alcanzado el enclave de la secularización, ni los hijos de Nietzsche su heredad ontológica más alta: la de su más álgido problema. Es sobre todo aquí en el establecimiento de tal relación y discusión, donde la intervención de Vattimo resulta magistralmente decisiva para el pensar contemporáneo y el porvenir de la hermenéutica3 .
Nietzsche
Vattimo considera, tal como Heidegger, dos ambiguos Nietzsches: el último metafísico por un lado y el Nietzsche creador de "Zaratustra, el maestro del eterno retorno" por otro.
Vattimo establece una continuidad entre Nietzsche y Heidegger haciendo hincapié en la subjetividad como constitutiva de la era postmoderna, es decir de la disolución del ser como fundamento teniendo en cuenta que Heidegger no se reconocía en ese continuo.
El propio Heidegger ve en Nietzsche el cumplimiento de la metafísica y del nihilismo a ella inherente, mientras entiende su propio proyecto como un ir más allá de la metafísica y el nihilismo, en línea de discontinuidad radical, pues, con la tradición que en Nietzsche culmina. Pero lo cierto es que, siguiendo el propio texto de Heidegger que se consagra a esta problemática (o sea, en cierto modo, todo el texto del Heidegger maduro), la relación del pensamiento ultra o posmetafísico con el nihilismo de la metafísica cumplida no resulta tan sencilla y presenta numerosos problemas de interpretación; lo cual no quita que siga siendo algo escandaloso hablar de un Heidegger nihilista 4 .
Vattimo cree que Heidegger no se considera nihilista pero que hay que ir más allá de la textualidad de los escritos de éste para darse cuenta de las implicaciones de Nietzsche en su obra. Ve un imposible en una "verdad estable en los dos pensadores".
El pensamiento de Nietzsche puede ser considerado como el del primer filósofo moderno que anticipa la importancia de la interpretación en nuestra experiencia del mundo, dándole un carácter infinito (Jean Grondin). Su crítica al historicismo que excluye la autodisolución del sujeto y al ideal de objetividad, puede considerarse fundamental en la teoria de la interpretación.
La influencia de Nietzsche en el pensamiento de Vattimo es mejor entendida como reflejo e influencia de éste en Heidegger. Ya en el 61 Vattimo pronuncia una conferencia célebre con el título "¿Quién es el Nietzsche de Heidegger?", en la que entiende la lectura de Nietzsche y Heidegger en "términos de continuidad" a pesar de que Heidegger considera a Nietzsche como un autor metafísico.
Ya en su Humano demasiado humano, Nietzsche se concibe a si mismo como superador de la metafísica, sin embargo para Heidegger es él el último metafísico.
...para Nietzsche todo el proceso del nihilismo puede resumirse en la muerte de Dios o también en la "desvalorización de los valores supremos" (...) para Heidegger, (...) el nihilismo sería pues la indebida pretensión de que el ser, en lugar de subsistir de manera autónoma, independiente y propia, esté en poder del sujeto5 .
La superación de los valores supremos, sobre todo del valor supremo por excelencia que es Dios, nos dará la posibilidad de transformación que la nueva humanidad necesita. En ese sentido Vattimo prima el valor de cambio sobre el valor de uso. El hombre no necesita pensar que su alma es inmortal y por lo tanto no tiene que llegar "a las causas últimas”.
Para el nihilismo de Nietzsche el mundo de las ideas se impone por encima del mundo sensible.
Para Nietzsche esto significa que nihilismo es la situación en la que el hombre reconoce explícitamente la ausencia de fundamento como constitutiva de su propia condición (lo que, en otros términos, Nietzsche llama a la muerte de Dios)6 .
Se impone como la única posibilidad del pensamiento contemporáneo. Para Nietzsche el nihilismo se entiende como la consecuencia necesaria para la superación del cristianismo, de la moral y del concepto de verdad de la filosofía que sería la metafísica que requiere:
La liberación del cristianismo: el Anticristo.
La liberación de la moral: el Inmoralista.
La liberacion de la "verdad": el espíritu libre.
El «espíritu libre» de Nietzsche es la conciencia de sí del artista y del filósofo.
Nietzsche ve ese nuevo sujeto "nihilista activo" en el artista.
La posibilidad del nihilismo activo es la capacidad, de la que el artista da testimonio, de trascender el instinto de conservación, alcanzando una condición de moderación que está también en la base de la hybris despreocupada, desinteresada, esencial para la capacidad experimental... la locura de Nietzsche es sólo un signo o una confirmación exterior de su radical imposibilidad de pertenecer al mundo al que pertenecemos7 .
Entendiendo el sentimiento religioso como búsqueda del responsable de lo que Nietzsche llama instinto de venganza, "gratitud" y venganza deben entenderse de igual modo.
Es con la liberación de los absolutos del cristianismo, de la moral y de "la verdad", cuando se alcanza la libertad de construir nuevos proyectos y surgen así las auténticas posibilidades del hombre.
Dar a la existencia del hombre nuevo un nuevo carácter, que se deshaga de las cargas que lo oprimen en forma de "verdad", Dios y moral, determinan lo que del hombre se espera y así, podremos llegar a garantizar una libertad en la que el hombre pueda desarrollarse organizándose de nuevo por entero.
La búsqueda de un responsable de lo que somos es sólo un modo equivocado y falso de plantear la relación con el pasado: si no se tiene poder alguno sobre él, la voluntad intenta atribuirle estructuras comprensibles; pero el reconocimiento y la aceptación de una estructura así no son un modo activo de querer, son más bien un signo de profunda debilidad, un hecho depresivo que quita toda dignidad al hombre, reduciendo toda su acción a una cuestión de Gracia8 .
También es signo de debilidad la búsqueda de verdad en la que pone su fundamento la metafísica. La voluntad de verdad como impotencia de la voluntad de crear.
La voluntad de verdad implica el miedo al devenir y al movimiento, propio de los hombres mediocres que no saben dirigir y dominar las cosas y conciben la felicidad como inmovilidad.
A pesar de centrar en esta posición las líneas de su pensamiento, Nietzsche no quiere que se le considere de los que cuestionan la relatividad histórica de la verdad. Es en la liberación moral donde el espíritu de venganza se hace más visible, porque el sometimiento a esta ley moral despoja al hombre de toda libertad creadora. "que no haya ningún orden fuera de la voluntad significa que todo debe ser creado”. El camino que la humanidad ha tomado es un camino errado en el que el hombre está perdido y del que necesita salir renunciando a lo que ha considerado hasta ahora la verdad.
Nietzsche retorna a Heráclito. Su lucha comienza contra los eléatas, contra Platón y la tradición metafísica que arranca de ahí. Heráclito sigue siendo la raíz originaria de la filosofía de Nietzsche. Después de dos mil quinientos años tiene lugar una repetición de Heráclito, con la inaudita pretensión de poder borrar todo el prolongado trabajo intelectual del tiempo intermedio, de señalar al género humano un camino nuevo y, sin embargo, antiquísimo, que contradice a la tradición entera. Esta actitud con respecto a la historia explica la elevada conciencia de Nietzsche de ser un enviado, de re- presentar un destino, como lo expresa en Ecce homo10 .
El problema de la verdad estuvo presente en Nietzsche durante toda su obra, entendiendo que esa verdad está siempre adecuándose a unas reglas universales aceptadas en un mundo determinado y cambiante. No son siempre las mismas porque van a depender de unos mundos históricos con las categorías históricas que los enmarcan.
En Nietzsche, el hilo del discurso es más lineal: la muerte de Dios significa el fin de la creencia en fundamentos y valores últimos porque tal creencia respondía a la necesidad de seguridad propia de una humanidad aún "primitiva". La racionalización y organización del trabajo social, así como el desarrollo de la ciencia–técnica, que son estados hechos posibles precisamente por la visión religioso–metafísica del mundo (...) han vuelto superflua esa misma creencia, y también esto es el nihilismo11 .
No existe tampoco para Nietzsche una verdad que se esconda y que tenemos obligación de desvelar. A pesar de que su pensamiento trata de desenmascarar las verdades aceptadas, él no quiere ser considerado como desmitificador. Nos ofrece una nueva "fábula, que pretende socavar las otras”, que Nietzsche nos propone para obtener nuestra respuesta. La única posibilidad de ser libres es volver la cara a la verdad y vivir una experiencia fabulizada. Pasear "como un turista por el jardín de la historia" en el que el hombre tome las máscaras que quiera "ponerse o las abandone a su antojo" (Nietzsché, F. Segunda Consideración intempestiva)
El mundo se ha convertido en fábula: esto significa que no hay ninguna garantía de lo que hacemos o decimos, que toda la responsabilidad recae sobre nosotros. La muerte de Dios, que Zaratustra anuncia, no es más que el final de las garantías de las que se había rodeado el hombre de la metafísica tradicional para liberarse de la plena responsabilidad de sus acciones. De hecho, es el dios moral el que ha muerto, esto es, el dios del orden constituido de una vez por todas.
El hombre nuevo que Nietzsche proyecta y al que quiere preparar el camino con su pensamiento es el hombre capaz de asumir plenamente sus propias responsabilidades12 .
Este nuevo mundo ha de tener una "potencia creativa posibilitante" libre ya de las cadenas, de Dios y de la venganza que hará posible una "historicidad menos violenta: más culta y cultivada, más alegre, más ligera", transformando y superando la modernidad. Nietzsche elige la ontología del eterno retorno de lo igual.
El nuevo sujeto que reclama Vattimo resulta de desenmascarar la conciencia y salir de la noción tradicional de verdad. Es el mismo sujeto del Superhombre de Nietzsche. Hemos de encaminarnos a superar el error del sujeto en el que habíamos confiado. Podemos continuar soñando "sabiendo que se sueña" porque en esta nueva forma de estar en el mundo no tiene sentido hablar de un mundo verdadero. Es imprescindible el debilitamiento del ser.
...lo que puede ayudar al pensamiento a colocarse de manera constructiva en la condición posmoderna tiene que ver con lo que en otro lugar propuse llamar el debilitamiento del ser13 .
El resumen de lo que Vattimo hace propio de la filosofía de Nietzsche y que podría resumirse en un solo punto, que sería nihilismo activo, disolutivo y creativo, poético, junto con la bendición de la inmanencia:
La disolución de todos los absolutos o límites referenciales últimos.
La disolución de los nexos causales.
La disolución del Tiempo lineal.
La liberación del sentido simbólico interpretativo, estético y creativo,tanto para la existencia como para la propuesta de una cultura, poética, estética y hermenéutica: teatral.
La Crítica de la Crítica: la profunda comprensión (exculpación de que la mentira, el error, lo falso y hasta el mal —también el de la metafísica— son necesarios, o lo han sido históricamente.
El pensamiento de la experimentación que prolonga las hipótesis, llevándolas hasta sus últimas consecuencias para poder saber si se trata de posibilidades deseables o indeseables y en qué medida se mezclan, a menudo, ambos aspectos.
La comprensión trágica que involucra la muerte y la finitud en la vida impidiendo separar lo verdadero de lo falso y la apariencia de la realidad.
La tragedia como obra de arte donde se pone la muerte en escena.
La invitación culta a cultivar las pasiones14 .
Heidegger
La ontología hermenéutica crítica de Vattimo se basa en la crítica a la metafísica de Nietzsche y Heidegger. Para Vattimo, Heidegger no tenía razones conceptuales para cuestionar los problemas que la metafísica planteaba, no quería aceptar la descripción objetiva de los hechos.
El problema central de la verdad del ser en la filosofía de Heidegger hace referencia, no a la verdad metafísica lógica que pone en relación la realidad y el conocimiento que de ella tenemos, sino la verdad ontológica como la de la revelación del ser, por eso es momento de superar la metafísica. Pero dicha superación deberá ser una superación llegando más allá, pretendiendo superar sus preceptos sin eliminarlos, reformulando de un modo diferente y nuevo.
Vattimo recibe, de Ser y Tiempo la noción del Dasein (ser ahí ) y la crítica a la verdad derivada. De La carta sobre el humanismo recibe al hombre y al ser y la tensión entre ambos. Del Origen de la obra de arte, recibe la verdad ontológica como evento histórico lingüistico. De La Superación de la Metafísica, la metafísica como pretensión de objetivar estructuras del ser que vienen impuestas y no se pueden cuestionar. Como representante del pensamiento centrado en la esencia del ser en cuya sustancia se fundamenta.
Vattimo reconoce en la filosofía hermenéutica de Heidegger, como primer elemento nihilista. el analisis del Dasein pero articulado en un círculo constitutivo de ser en el mundo, "círculo de comprensión e interpretación". A pesar de que pueda interpretarse el pensamiento de Heidegger en tal sentido, se opone al nihilismo según sus propios escritos, si entendemos el nihilismo como retroceso.
...las cosas se dan al Dasein sólo en el seno de un proyecto o, como dice Heidegger, como instrumento. El Dasein existe en la forma de un proyecto en el cual las cosas son en la medida en que pertenecen a este proyecto, en la medida en que tienen un sentido en ese contexto. Esta familiaridad preliminar con el mundo que se identifica con la existencia misma del Dasein, es lo que Heidegger llama comprensión o precomprensión. Todo acto de conocimiento no es más que una articulación, una interpretación de esta familiaridad preliminar con el mundo15 .
Si el ser no se puede pensar con permanencia sino como un acontecer, el ser debe pensarse como que ya ha sucedido. Hay momentos en los que el ser se anuncia y el resto del tiempo es un repensar en esos aconteceres.
Heidegger centra su pensamiento filosófico en el problema de el ser y toma como punto de partida la fenomenología de Husserl al que ayuda como asistente en la Universidad y del cual se reconoce discípulo y deudor, y que le aporta la distancia de la influencia de la filosofía neokantiana de principios del XX en Alemania.
La interpretación nihilista, que hace Vattimo de la ontología en Heidegger "seculariza la filosofía" al asumir la finitud histórica del ser-lenguaje.
También Dilthey ayuda a marcar el horizonte teórico en el que asienta sus bases el pensamiento de Heidegger anterior a la 1ª Guerra. Después de de la Gran Guerra su interés se vuelve hacía la religión y la mística.
La reflexión sobre la problemática religiosa, desarrollada sobre todo a la luz del Nuevo Testamento y de los padres de la Iglesia, tiene pues para Heidegger el sentido de poner de manifiesto el contraste entre el “espíritu viviente” y los esquemas conceptuales que, a través de todas las vicisitudes de la historia de la filosofía, se mantuvieron de algún modo dominantes en el pensamiento occidental (recuérdese que Kierkegaard, a través de Hegel, se conecta con los griegos) y son los mismos que aún nos determinan16 .
Vattimo prefiere los textos de Heidegger dedicados de ontología alternativa donde expone su pensamiento crítico de la tradición metafísica que aquellos que dedica a la crítica hermenéutica a la metafísica.
Para la profesora Teresa Oñate, filósofa de la postmodernidad y gran experta de la obra de Vattimo, a quién conoce y estudia desde los años 80, no hay filósofo contemporáneo que interprete con mayor lucidez la obra de Heidegger, dice a este respecto.
En el caso de Nietzsche, localizar bastante fácilmente la lectura de Vattimo, (...) en el caso de Heidegger no es exactamente así, ya que Vattimo se hace tan “heideggeriano de izquierdas" ( comprometido con la diferencia ontológica -ser/ente- y con la ontología del ser de la temporalidad, que se da en el lenguaje interpretativo, desde la asunción de la radical finitud, etc.) que su escritura y la del maestro casi llegan a confundir. Heidegger se inscribe en toda la obra de Vattimo y en su textualidad, y recibe por parte del filósofo italiano una comprensión y aliento tan lúcidos y hondos, tan intensos e incisivos, tan productivos y actuales, como no cabe encontrar parangón, quizá, en ninguno de los restantes intérpretes de Heidegger hasta el momento17 .
Lo que Vattimo hace propio de la filosofía de Heidegger es:
La diferencia ontológica ser/ente.
La cuestión de lo no-dicho y no pensado dentro del ser histórico que se da en el lenguaje.
La necesidad posibilitante del límite infranqueable de la muerte y del retirarse del ser.
Que el ser no es, porque es diferencia, ausencia y evento gratuito.
Que el pensar del ser es Andenken (rememoración).
Que la metafísica es la historia de un progresivo olvido del ser.
Que en la época moderna del nihilismo cumplido y el capitalismo de consumo ilimitado, se alcanza por completo la esencia productiva de la técnica moderna como voluntad de voluntad sin límite.
Que en ese inmundo se abre la posibilidad histórica de un diferente darse la vuelta del ser-tiempo al lenguaje del hombre.
Que no hay inculpación en Heidegger (como no la había en Nietzsche), sino comprensión e interpretación del sinsentido y sentido de lo que ocurre y puede ocurrir.
Hay que dejar ser al ser, al devenir histórico del ser, que ahora acontece, en la postmodernidad, como diferencia y alteridad.18
Gadamer
Podemos considerar la hermenéutica como ontología, cuando pierde su consideración de herramienta o instrumento util para la interpretación de los textos "teológicos, jurídicos, literarios o canónicos” y esto conduce a superar el espíritu absoluto de Hegel por el ser del lenguaje que interpreta y media entre lo subjetivo y objetivo del mundo histórico, devolviendo a las ciencias del espíritu la posibilidad de comprender lo que es el hombre.
Vattimo recibe de Gadamer, a su vez receptor del segundo Heidegger, una nueva perspectiva desde el ser del lenguaje que posibilita la experiencia del acontecer. Dicha interpretación hace posible el traslado del mensaje sobre el sentido del acontecer del ser a la postmodernidad una vez superados los prejuicios de la Ilustración.
En la traducción de la gran obra de Gadamer, Verdad y método, Vattimo incluye una Introducción y un Apéndice en los que manifiesta su visión respecto a la interpretación gadameriana de la ontología del lenguaje de Heidegger. Acusa de que corre el riesgo de convertirse en una filosofía práctica que pierde en ese camino elementos fundamentales que Heidegger había aportado.
Se puede decir que de los dos elementos claves del pensamiento de Heidegger: la atención al estatuto ontológico del lenguaje (o a la casi "identificación" lenguaje y ser) y la meditación sobre la metafísica como historia o destino del ser, Gadamer ha acentuado de manera exclusiva al primero [...];en la noción de "metafisica" como olvido y destino del ser, se condensan los filosofemas más esotéricos de Heidegger, pero está también la carga polémica de su pensamiento en confrontación crítica con la cultura presente y pasada de Occidente. Polémica que, en Gadamer, desaparece casi por completo, o al menos se reduce a la discusión del metodologismo y el cientifismo de la cultura del XIX y el XX a la vez que se salva ( y canoniza) el patrimonio de la historia de la metafísica, desde los griegos hasta Heggel [...].Gadamer es un verdadero "filólogo fuerte": no solo ( como Heidegger) cree en la conexión ( de casi identidad) que el ser se haya dado o se dé, no únicamente en la forma del velamiento y del olvido, en el lógos occidental; un (logos) que se entiende, como Gadamer precisa en algunos de los ensayos posteriores a Verdad y Método, como el lenguaje de la tradición humanista depositario y todavía vivo, del lenguaje común de nuestra cultura 19 .
La postmodernidad y el pensamiento débil
Podemos considerar a Vattimo como representante de la condición postmoderna en la reflexión filosófica de los últimos decenios. La postmodernidad ha supuesto la puesta en cuestión de los paradigmas tradicionales de la metafísica.
Vattimo entiende la postmodernidad no como negación de la metafísica tradicional sino como superación de la óptica sobre la que la metafísica se asienta.
Las estructuras transcendentes que plantea la metáfisica son representativas del pensamiento fuerte que hay que superar.
El pensamiento débil trata de no tomar demasiado en serio las verdades absolutas. Las ideas que parecen indiscutibles para nosotros son justamente las que debemos cuestionar. Pensar en el ser como un acontecer.
Para que la época postmoderna se desarrolle se necesita la disolución de la historia y es este punto el que da lugar al cambio entre la época moderna y la época contemporánea. Entendiendo que este punto entre los dos momentos quiere provocar un cambio radical que anuncia una posibilidad de existencia diferente para el hombre.
Lo que legitima y hace dignas de discusión las teorías sobre lo postmoderno es el hecho de que su pretensión de un "cambio" radical respecto de la modernidad no parece infundada, si son válidas las comprobaciones sobre el carácter posthistórico de la existencia actual20 .
El pensamiento débil quiere facilitar la asimilación de la filosofía Heidgeriana al marxismo tradicional para que llegue a ser un comunismo hermenéutico.
Con el progreso de la técnica el hombre necesitará cada vez menos virtudes para sobrevivir en el mundo, ya que las condiciones externas de dificultad, a partir de donde las virtudes se originaron, habrán desaparecido. Al llegar a este pundo, ante el hombre se abrirán dos caminos: abandonarse totalmente a la mediocridad y a la masificación, perdiendo también, con la necesidad de arreglárselas, todas las virtudes que poco a poco había adquirido en la historia, en un proceso involutivo que no sabemos dónde se detendría; o bien dedicarse conscientemente a su autoformación21 .
Desde la lectura del nihilismo de Nietzsche y Heidegger, Vattimo lo debilita al considerar el ente. no como ser que está presente. sino como un "aparecer y desaparecer que tiende a su declive". La propuesta de Vattimo es debilitar las estructuras que se impongan dando voz a los olvidados, a los otros, colocando a la hermenéutica crítica en la posición ocupada por el marxismo y el extructuralismo.
Vattimo comparte con el postestructuralismo de Deleuze y Foucault la crítica al sujeto y al antropocentrismo y la relevancia política de la estética y se aleja de ellos porque a su entender olvidan el declive del devenir del ser. Comparte con la Escuela de Frankfurt la crítica de la razón instrumental ilustrada aunque se aleja de su pesimismo y de la estética tecnológica difusa.
Para Vattimo solo "la estética puede salvarnos " si queremos superar la modernidad. No comparte con Habermas la posición de su hermenéutica neokantiana porque considera que son recaídas en la subjetividad y antropocentrismo metafísico.
Todo este espacio no compartido con los autores antes mencionados se resumen en que no hacen una adecuada recepción del binomio Heidegger-Nietzsche. El problema se plantea si pensamos que la modernidad metafísica que avanza a través de la técnica y la ciencia, llegando a su máximo en el consumo ilimitado del capitalismo, no se puede superar.
La postmodernidad hermenéutica debolista de Vattimo invita a no permitir que esta nueva sociedad esté dominada por
a) los intereses capitalista de las multinacionales bélicas, regidas por los señores de la guerra; b) por la alienación de las máscaras de la publicidad paradigmática; c) por la indiferencia ante la pobreza, la marginalidad y el dolor de la existencia, incluida la violencia ejercida contra todos los lugares del planeta; d) siendo el debolismo crítico lo que sí está en nuestra mano obrar para debilitar las estructuras perentorias impositivas fundamentalistas y fluidifica las diferentes interpretaciones inmanentes de los mundos de la vida plural, intensificando una modernización hermenéutica debil de sus propias tradiciones e instituciones a partir de la reelaboración de sus propias imágenes estéticas y tecnológicas, comunicables a las restantes culturas22 .
La preocupación ahora es no haber sido demasiado optimistas con la recepción de la tecnología como elemento emancipatorio de la nueva sociedad. Tampoco debemos demonizar las posibilidades abiertas por la tecnología y la comunicación digital, que podrían dar paso a intepretaciones plurales y generar el contraste tensional entre "los diversos universos mediáticos simultáneos".
Las nuevas conquistas técnicas producen una revolución profunda y transformadora de la estructura de la experiencia humana.
La verdad como herramienta contra los débiles.
En el pensamiento de Vattimo de los últimos años se produce un giro religioso, hermeneútico, de la ontología hermenéutica debolista que se pregunta la razón de su apuesta por una hermenéutica de izquierdas en los textos de Nietzsche y de Heidegger y el por qué del pensamiento débil. La respuesta es bastante simple.
…a los otros, los diferentes, los callados, velados, invisibles, Pues únicamente esto: que el criterio es el amor, la Caritas (...); el amor a los más débiles, oprimidos23 .
La crítica al ser religioso como elemento primitivo debe haber sido superada también al superarse el positivismo ilustrado. Vattimo propone despojar también a la religión de "dogmas, sumisión y superstición" solo vale aplicar criterios de caridad y amor a los demás que en política, traducido al comunismo hermenéutico dará paso a la obra social.
Es situándose siempre del lado de los débiles, de los otros, de los que no pueden ser sin la comunidad guiada siempre por una Caridad que nos oriente hacia una sociedad más justa.
Para Vattimo lo que es importante en el juego de la verdad es que el ser se afirma si desaparecen los seres. El discurso empieza imaginando la ambiguedad. Pero el mundo nos enseña que la verdad es utilizada siempre por el poder como herramienta reaccionaria como argumento contra los débiles.
La interpretación de Vattimo de la diferencia ontológica siempre en relación a la modernidad, seculariza y debilita la pretensión de verdad. Si la constatación de que hablar de la verdad ha sido siempre patrimonio de los poderosos y considerar la verdad objetiva supone estar al servicio del capital y por tanto debe constituirse un grupo crítico donde habite la resistencia, lo que la verdad objetiva nos enseña es que no existe esa verdad si queremos utilizarla para orientarnos en nuestra existencia individual o como sociedad.
Walter Benjamín en su Tesis sobre el concepto de historia defiende este mismo concepto. Son los poderosos los que piensan. El discurso de los poderosos es siempre el mismo: Los civilizados somos nosotros, los otrosmerecen ser civilizados, explotados...
Sólo desde el punto de vista de los vencedores el proceso histórico aparece como un curso unitario dotado de coherencia y racionalidad; los vencidos no pueden verlo así, sobre todo porque sus vicisitudes y sus luchas quedan violentamente suprimidas de la memoria colectiva; los que gestan la historia son los vencedores que sólo conservan aquello que conviene a la imagen que se forjan de la historia para legitimar su propio poder24 .
Podemos comparar el silencio de los vencidos de Benjamin con el silencio del ser de Heidegger que nos hablaba de la necesidad de escuchar el silencio del ser por encima de las voces de los seres. Para W. Benjamin, los vencidos han sido acallados por el poder. No hay una historia de los pobres, de los perdedores. La historia está escrita solo por los que vencieron. Este silencio como abandono se puede interpretar en una concepción mística que hay que evitar. Los perdedores piden tomar la palabra.
Porque en todo caso, los poderosos solo nos muestran su verdad, con la falsa conciencia ideológica en su modo parcial de interpretar el mundo. Y aquí debemos recordar a Adorno para el que, los dos sentidos esenciales de la dialéctica, la totalidad y la reapropiación, no son nunca utilizados por el hombre totalmente. Nunca podemos ver el todo. También Sartre intuye un fondo de violencia en el ideal de verdad.
1 Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo. pag.82
2 Vattimo, G. El fin de la modernidad : Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona. GEDISA, 1986, p.10
3 Vattimo, G. Diálogo con Nietzsche Ensayos 1961-2000. Barcelona.PAIDÓS, 2002, PROLOGO Oñate, T. p.26
4 Vattimo, G. Ética de la interpretación. Barcelona. PAIDÓS, 1991, p.116
5 Vattimo, G. El fin de la modernidad: Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona. GEDISA, 1986, p.24
6 Ibídem, p.105
7 Vattimo, G. Diálogo con Nietzsche Ensayos 1961-2000. Barcelona.PAIDÓS, 2002, p.64
8 Ibídem. p.77
10 Fink, E. La filosofía de Nietzxche Madrid. ALIANZA EDITORIAL,1966
11 Vattimo, G. Ética de la interpretación. Barcelona. PAIDÓS, 1991, p.136
12 Vattimo, G. Diálogo Con Nietzsche. Ensayos 1961-2000 Barcelona. PAIDOS, 2001, p. 80
13 Vattimo, G. El fin de la modernidad : Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona. GEDISA, 1986, p.18
14 Este esquema es un extracto del que escribe T. Oñate para finalizar su épigrafe El Nietzsche de Vattimo de Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo MADRID BONALLETRA AL COMPAS. 2015, p. 93
15 Vattimo, G. Ética de la interpretación. Barcelona. PAIDÓS, 1991, p.104
16 Vattimo, G. Introducción a Heidegger, (cita de Ser y tiempo de Heidegger). Barcelona. GEDISA, 2002, p.21
17 Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo MADRID BONALLETRA AL COMPAS. 2015.p. 98
18 Este esquema es un extracto del que escribe T. Oñate para finalizar su épigrafe El Nietzsche de Vattimo de Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo . MADRID BONALLETRA AL COMPAS. 2015, p.93
19 Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo. MADRID BONALLETRA AL COMPAS. 2015. p.77
20 Vattimo, G. El fin de la modernidad : Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona. GEDISA, 1986, p.17
21 Gianni Vattimo - Diálogo Con Nietzsche pag 827 Ensayos 1961-2000. Paidos, 2001
22 Oñate, M.T. y Arribas, B.G. - Postmodernidad. Jean-François Lyotard y Gianni Vattimo. MADRID BONALLETRA AL COMPAS. 2015. p.112
23 Ibídem. p.117
24 Vattimo, G. El fin de la modernidad : Nihilismo y hermenéutica en la cultura posmoderna. Barcelona. GEDISA, 1986, p.16